
Cuidado de pie diabético o de riesgo
¿Por qué los pies de los pacientes diabéticos requieren atención especial?
La diabetes puede afectar de manera significativa la salud de los pies. Los niveles elevados de glucosa en sangre, mantenidos durante largos períodos, provocan dos complicaciones principales:
1. Neuropatía periférica: deterioro de los nervios, que disminuye o elimina la sensibilidad en los pies. Esto impide sentir dolor, calor o lesiones, aumentando el riesgo de heridas sin que el paciente se dé cuenta.
2. Enfermedad vascular periférica: afecta la circulación sanguínea, dificultando la llegada de oxígeno y nutrientes a los tejidos del pie. Esto enlentece la cicatrización y favorece la aparición de infecciones.
Estas complicaciones, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden derivar en úlceras, infecciones graves e incluso amputaciones. Por eso, el cuidado podológico regular es fundamental.



¿Qué puede hacer el podólogo por el paciente diabético o de riesgo?
El podólogo es un profesional clave en la prevención, diagnóstico y tratamiento de problemas en los pies de pacientes con diabetes u otras condiciones de riesgo (como insuficiencia vascular, obesidad o edad avanzada). En clínica Lakuapie nos centramos en:
1. Evaluación periódica del pie
– Revisión de la sensibilidad, reflejos y pulsos.
– Evaluación de la piel, uñas y estructuras óseas.
– Detección de signos de riesgo como deformidades, callosidades, grietas o zonas de presión.
2. Tratamiento seguro del pie
– Corte y fresado de uñas con técnicas seguras.
– Eliminación de durezas y callosidades sin provocar heridas.
– Curación de pequeñas lesiones o úlceras en fases iniciales.
3. Educación al paciente
– Enseñanza de una correcta higiene y cuidado diario de los pies.
– Recomendación de calzado adecuado y plantillas personalizadas si es necesario.
– Instrucciones sobre cómo detectar signos de alarma.
4. Prevención de complicaciones
Mediante estudios de presiones plantares podemos identificar zonas de sobrecarga —como roces, durezas o callos— que, si no se tratan a tiempo, pueden evolucionar hacia úlceras, con las graves complicaciones que esto implica para el paciente. Evaluar y, si es necesario, indicar el uso de plantillas personalizadas o órtesis de silicona permite redistribuir las cargas, aliviar estas presiones y prevenir la aparición de lesiones más severas.
¿Cada cuánto tiempo debe visitar el podólogo un paciente diabético?
La frecuencia varía según el nivel de riesgo:
– Bajo riesgo: una vez al año.
– Riesgo moderado: cada 3 a 6 meses.
– Alto riesgo (úlceras previas, pérdida total de sensibilidad, malformaciones, mala circulación): cada 1 a 3 meses.
La podología no sólo trata problemas existentes, sino que previene complicaciones graves, mejora la calidad de vida del paciente y puede evitar intervenciones mayores. En personas con diabetes o enfermedades vasculares, el cuidado profesional de los pies no es opcional: es parte esencial del tratamiento integral.